Por Santiago Taboada
Introducción
En la actual era digital, donde la inteligencia artificial (IA) está revolucionando la manera en que las empresas operan y compiten, es imperativo establecer límites éticos claros para garantizar un uso responsable de estas tecnologías. La IA no solo está agilizando tareas y procesos, sino que también está redefiniendo las reglas del juego, creando oportunidades sin precedentes para la innovación y el crecimiento. Sin embargo, con estos avances surgen desafíos éticos y regulatorios que no pueden ser ignorados por los gobiernos ni por las empresas.
La necesidad del Compliance en IA: Desafíos y Oportunidades
La implementación de la IA en las empresas debe ir acompañada de un sólido marco de Compliance que garantice que su uso no solo sea eficiente y rentable, sino también ético y respetuoso con los derechos individuales.
El Compliance en IA es una herramienta estratégica que permite transformar los riesgos en ventajas competitivas. Alineando los avances tecnológicos con los valores éticos y las expectativas sociales, las empresas pueden utilizar el Compliance para generar confianza entre sus clientes y diferenciarse en el mercado.
La IA tiene la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos y tomar decisiones automáticas, lo que genera preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los usuarios. Es aquí donde el Compliance se convierte en una herramienta esencial para mitigar estos riesgos. La Unión Europea ha dado un paso importante en esta dirección con la aprobación del Reglamento de Inteligencia Artificial, que busca garantizar la seguridad y el respeto de los derechos fundamentales, al tiempo que promueve la innovación. Este reglamento prohíbe, por ejemplo, el uso de aplicaciones de IA que atenten contra los derechos de los ciudadanos, como los sistemas de categorización biométrica basados en características sensibles y la captura indiscriminada de imágenes faciales de Internet.[1]
En Estados Unidos, el National Institute of Standards and Technology (NIST) ha desarrollado directrices éticas que se centran en gestionar los riesgos y asegurar el cumplimiento normativo en el desarrollo y uso de la IA.[2]
En Argentina, aunque la regulación específica sobre IA está en una etapa inicial, ya existe un marco legal que puede servir como base para abordar los desafíos que plantea la IA. La Ley de Protección de Datos Personales y la Ley de Defensa del Consumidor son ejemplos de normativas que pueden ser aplicadas para asegurar que el uso de la IA respete los derechos individuales y promueva un desarrollo responsable.
El rol del abogado en la relación entre la IA y el Compliance
Desde mi punto de vista, el abogado desempeñará un rol fundamental en la participación de implementar el Compliance dentro de los sistemas de IA. Consideramos que el abogado no solamente deberá de brindar capacitaciones y asesorar a las empresas y sus empleados, sino que además tendrá una participación activa en el desarrollo y entrenamiento de los propios sistemas de IA que se generen.
Los abogados del futuro no solo deberán estar preparados para interpretar y aplicar las normativas, sino que también tendrán la responsabilidad de asegurar que los sistemas de IA operen dentro de un marco ético y legal desde su inicio. El desafío estará en lograr que la normativa de Compliance esté integrada directamente en el diseño y funcionamiento de los sistemas de IA.
El valor agregado del abogado en el desarrollo de la IA
- Definición de Políticas Éticas y Compliance: Los abogados deberán desarrollar políticas que guíen el uso de la IA dentro de las empresas, traduciendo estas directrices en reglas y parámetros que orienten las decisiones automatizadas de la IA.
- Participación Directa en el Desarrollo de la IA: Colaborarán estrechamente con los equipos de desarrollo de IA para asegurar que los modelos y algoritmos que ésta utilice respeten las leyes y principios éticos, integrando las normativas de Compliance en los sistemas de IA.
- Auditoría y Evaluación Continua: Los abogados jugarán un papel esencial en la auditoría y evaluación continua del comportamiento de la IA, realizando evaluaciones de impacto ético y legal, monitoreando y revisando los resultados para asegurar que lo desarrollado por la IA este dentro de los parámetros establecidos por las políticas de Compliance.
- Capacitación Integral: Además de capacitar a las empresas y sus empleados, será vital que los abogados participen en el entrenamiento de los sistemas de IA, alimentándolos con datos actualizados y enseñándoles a tomar decisiones que respeten los límites éticos y legales.
- Generación de Códigos de Ética: Los abogados deberán colaborar en la creación de un código de ética específico para el uso de IA dentro de las empresas, estableciendo los valores y principios que deben guiar el comportamiento de la IA.
Conclusión
Luego del análisis efectuado, podemos concluir que el rol del abogado resultara esencial tanto: (i) al momento del asesoramiento a las empresas que quieran automatizar sus sistemas mediante el uso de la IA; (ii) en la capacitación de los colaboradores de las empresas para el correcto uso de la IA; y (iii) en la participación directa en el desarrollo de los sistemas de IA.
Todo ello, por cuanto es menester que los sistemas de IA conozcan y respeten los límites necesarios a los fines de cumplir con la ética y la preservación de los derechos personales de las personas. Será un gran desafío limitar la responsabilidad por los resultados de la IA y garantizar de que los sistemas no discriminen o causen daño a los individuos.
[1] https://digital-strategy.ec.europa.eu/es/policies/regulatory-framework-ai